“TERAPIA 2”, un artefacto explosivo y peligrosamente divertido.
Saladina Jota. Julio de 2015
Fotografía: Carlos Loureiro
Dirección: Charlie Levi Leroy. Intérpretes: Charlie Levi Leroy y Pablo Tercero. Género: Comedia Duración: 70 minutos. Idioma: Español. LA ESCALERA DE JACOB (Local de La Latina, calle Mancebos 4). Todos los Domingos de julio a las 20.30 h. * Recomendada para adultos.
TERAPIA 2, es una comedia ácida y gamberra. Un juguete divertido, perverso y explosivo, que dispara un buen puñado de dardos políticamente incorrectos. Dardos lanzados con sabiduría y temeridad, a partes iguales, por dos actores con algo de Showmans y un mucho de bufones: Charlie Levi Leroy y Pablo Tercero.
Basada en 75 puñaladas de Martin Giner y textos de Charlie Levi Leroy, la función en realidad es una “terapia” para los que tienen la buena idea de comprar su entrada. Ir al teatro siempre es y debe ser una incógnita y la TERAPIA 2, para no ser menos, arranca con un enigma: ¿Ha sido Herr Brückner asesinado en su estudio? Un estudio cerrado a cal y canto, con “las puertas y ventanas estaban cerradas por dentro y en el que no se hallaron rastros del asesino”, nos explica Charlie Levi Leroy, director o mejor dicho, uno de los culpables del artefacto. Artefacto mediante el cual se pretende responder a la pregunta del millón: “¿cómo es posible que después de recibir setenta y cinco puñaladas no haya una sola gota de sangre en el estudio?”, en palabras del director.
El espectador va al teatro esperando vivir algo inesperado, sorprendente, y TERAPIA 2 lo consigue con una fórmula que combina elementos fijos o prefijados con la improvisación. La función ocurre aquí y ahora, se aleja de lo fijado para luego volver, o como bien apunta el director “para no volver, para irte”, pero siempre hay una vuelta, que no es volver al mismo sitio, que es avanzar y continuar el viaje sin “saber a dónde te lleva, pero que te lleva”, remata Pablo Tercero. La función bebe, en cierta forma, de mecanismos próximos a La Comedia del Arte. “Todo sucede en el escenario, hoy me pegó un guantazo que no está en ningún lado”, relata divertido Charlie Levi, “Es un misterio”. Pero también hay detrás mucho trabajo, conocimiento y técnica, además de algo que tiene que ver con una manera de entender el teatro y “con las ganas de contar”, como nos señala Pablo Tercero. Y de contar disfrutando, sintiendo ”el latido de la comedia”, específica Charlie Levi. Y nos adelanta que “cuando termina la obra, todo lo que hacemos después, es para divertirnos un rato más”. Tanto es así que ellos mismos, sus hacedores, a veces están a punto de que les de la risa y eso es mágico. Sorprenderse mutuamente es fundamental para sorprender al espectador. Llevan dos años trabajando juntos y eso se nota, se encuentran cómodos en el escenario y fuera de él y rezuman complicidad entre ellos “con mirarnos basta”, confiesa Charlie Levi. “Hay química, algo que no se entrena que esta ahí, que nace desde un primer momento”, recuerda Pablo Tercero.
Como Bufones de pro saben perfectamente que el público paga para que le entretengas y a cambio te da la libertad de decirle lo que consideres oportuno. Claro que ”tiene una trampa esto, después de que has hecho reír, entras a saco en el espectador. La crítica entra a saco”, y el espectador se pregunta: “¿me está hablando a mí?”, como bien explica Charlie Levi, “lo que nos interesa es la risa crítica. Una risa diferente”. Un a risa que se comporta como una bomba porque lleva dentro una crítica, espantosa y brutal.
El teatro es siempre un viaje de ida, una forma de transfigurar y trastocar la realidad, al espectador y a sus propios artífices. Asimismo con TERAPIA 2 viajamos por el interior de las máscaras para dinamitarlas, o por lo menos para hacerlas desaparecer durante un momento, y ser capaces de verlas, de examinarlas y en este caso reírnos de ellas. Y este es el compromiso y la intención de TERAPIA 2: SER ESPEJO. Pero para ser espejo es necesario reírse primero de uno mismo. Esta es la base del humor que cura, que une y trasciende. Charlie Levi y Pablo Tercero no se suben al escenario para herir a nadie, su trabajo rezuma cariño y compasión por el ser humano, entre los que se incluyen -obvio-. Conjugan la primera del plural: “somos”; algo completamente distinto a conjugar la segunda: “sois” -obvio también-.
Charlie Levi defiende el humor conjugado de esta manera como “una forma de resistencia” y Pablo Tercero incide en la idea explicando que “es una forma muy sana de modificar, modificar haciendo participe, no dejando fuera al público”, a lo que Charlie Levi apostilla “empezamos criticándonos a nosotros mismos”, así eres cómplice, así te puedes mirar al espejo”. Y ese es uno de los aciertos de esta función: la complicidad. Una complicidad utilizada como arma para desenmascarar, para desenmascararnos. Y otra vez son ellos los primeros que lo hacen, los primeros que se exponen, “en el escenario la máscara hay que quitársela. Es ahí donde radica el oficio del actor”, dice Pablo Tercero, “actor es el que actúa, el que hace”. Y es espejo porque lo hace primero. Siempre he creído que para dar lecciones hay que dar ejemplo y estos dos actores lo hacen, pero sin soberbia, “nosotros lo hacemos por inercia”, afirma Charlie Levi. Ambos hablan de necesidad, de diversión. Y la diversión es la “terapia”. Terapia que disfrutan los funambulistas que se atreven a no saber qué va a pasar. Terapia que consiste en ponerlo todo patas arriba y compartirlo con el público.
Un público que no es siempre el mismo, y la respuesta, quizás, tampoco. De la misma forma que no existe “el público” como tal, “cada uno viene con su energía” y “eso es lo bonito del teatro”, como explica Pablo Tercero, el otro culpable de TEARAPIA 2, “nuestras funciones son muy vivas, se diferencian mucho de un día a otro. El público reacciona de manera muy distinta. Hay gente que ha venido tres o cuatro veces a ver la obra porque sabe que es diferente, que es distinta cada día”. Quizás el espectador, después de salir de la función, de tomarse unas cañas y de volver a casa relajado piense: (…..). Esa respuesta o descubrimiento es personal e intransferible, así que lo mejor será que vean ustedes la función y se sorprendan comprobando como explota este artefacto en cada uno de ustedes. Y de eso se trata cada día, de buscar la respuesta y buscarla aquí y ahora en el escenario. Existen múltiples posibilidades de respuesta, tantas como espectadores.
TERAPIA 2 es una bomba de racimo que explota en el interior de cada espectador de forma distinta consiguiendo un objetivo “muy claro, que llegue el mensaje de la obra: somos borregos adoctrinados, da igual el discurso político. Los locos son pocos y, como son locos, los quieren curar”, apunta el director. Eso sí, todo esto contado ”desde un humor casi absurdo”, apostilla Pablo Tercero. Un humor inteligente mezclado con ciertas dosis de escepticismo. Aunque, como apunta Charlie Levi “lo más gracioso es que nos consideramos actores dramáticos, nos gusta el DRAMA.”
«El objetivo es la entrega de una obra humana.
La Técnica el medio de transporte,
la Inteligencia un surtidor de materiales,
y la Sensibilidad el alquimista, misterioso e indomable, que todo lo puede si le das alas.» Saladina