Mapa de heridas es un drama áspero e intimista sobre la violencia sexual. Una obra para dos intérpretes construida como un puzle donde el espacio y el tiempo son posibilidades y las piezas se resisten a encajar de una sola forma.
Ana se cita con cuatro hombres diferentes, todos mayores que ella: un jubilado de la construcción, un jefe de almacén, un padre de familia que busca sexo con chicas jóvenes y un divorciado que vive con sus padres. Ellos no se hacen una idea de quién es Ana, pero Ana sabe muy bien lo que ellos le hicieron a su madre treinta años atrás. La violaron por turnos. La dejaron embarazada. Y Ana, que fue el fruto involuntario de ese ataque, creció toda su vida creyendo que el hombre que la había criado era su padre biológico. Ahora que ha descubierto la verdad de su origen, siente que hay algo que debe hacer con todos ellos. Pero no sabe el qué. Sólo sabe seguir un impulso que tal vez la ponga en peligro. O tal vez el mayor peligro de todos sea el de encontrarse cara a cara consigo misma.
Sergio Martínez Vila (Pola de Siero, 1984) es dramaturgo, director de escena y realizador de cine.
¿Cómo llegas a esta historia?
Mapa de heridas surge de una investigación personal acerca de los relatos que habían ido conformando mi identidad, un viaje a las raíces de mi clan, a las vivencias de mis antepasados, pensando que muchas veces nosotros heredamos o adoptamos cosas que no son necesariamente nuestras, por línea directa a través de nuestros familiares, pero luego también de muchas otras formas que tienen que ver con lo social, con lo cultural, con lo sistémico….
¿De donde surge la necesidad de contarla?
De ahí llegó una parte muy fundamental o lo que conforma la base de Mapa de Heridas, que es como una joven descubre que su concepción fue violenta, muy violenta, ya que se dio durante una violación grupal, y tiene que determinar en qué lugar le deja eso a nivel identitario, cómo la ha condicionado hasta ese momento y cómo puede ella tomar unas decisiones vitales de máxima importancia para determinar qué es suyo qué no es suyo y desde ahí poder ejercer su libertad.
Al ser un tema tan delicado, ¿de qué manera ha sido el trabajo con Cristina y Oscar?
Es francamente un tema muy delicado y el trabajo con Cristina de Anta y Oscar Oliver ha sido fantástico porque son dos actores extraordinarios. Ha sido muy fácil porque son muy valientes y comprenden muy bien la propuesta. Sobre todo comprenden para qué está hecha. Entonces sabiendo que hay una mirada sanadora, no polemizante, en todo ello, que trata de abrir heridas o de hacerlas más bien visibles para cuestionar, para interrogar y para reflexionar y no para proponer dolor por el dolor, yo creo que en ese sentido se han podido cuidar mucho a sí mismos y yo he tratado de cuidarles lo máximo que he podido porque también ese es mi trabajo como director porque yo creo que la propuesta les arropaba, si les arroja a momentos incómodos o incluso a la intemperie en muchos momentos están muy ubicados siempre en un para qué muy concreto y eso yo creo que es muy saludable y muy necesario para este tipo de propuestas.
¿ Crees que se podria erradicar la violencia sexual en nuestra sociedad?
Es una pregunta francamente difícil porque está tremendamente arraigada en nuestro sistema, es difícil pensar en un momento en el que eso no fuera moneda de cambio en situaciones conflictivas o potencialmente conflictivas o directamente un arma de guerra.
En un contexto materialista y dualista siempre va a haber violencia y siempre va a haber violencia sexual, ya no pasa básicamente tanto por la educación que siempre se dice y con lo que en parte estoy de acuerdo, si no por la autoestima, una persona que se quiere a sí misma no tiene ninguna necesidad de llamar la atención o de forzar la atención de alguien de una forma tan brutal, al fin todo abuso de poder es una llamada de atención brutal de alquien que sufre una desvalorización muy profunda aunque sea de forma inconsciente.
¿Qué reacciones te gustaria generar al público con este montaje?
No me gustaría generar una reacción concreta, me gustaría que pasasen cosas, al final es para lo que haces todo esto, para que pasen cosas, para que existan, no tanto en la emoción, si no una implicación, del signo que sea. Si existe eso, pues en cierto sentido has hecho tu trabajo. Es así como lo entiendo y todo a lo que aspiro.
¿Donde consideras que existe realmente el riesgo en escena?
Yo entiendo el riesgo en la escena como un compromiso con la verdad, siempre que hay una persona en escena permitiendo que eso suceda hay riesgo, más allá de los temas, más allá de las distintas estrategias formales o estéticas. Si tú te estás dejando ser en escena, ahía hay valentía y por tanto hay riesgo, y para mi siempre habrá un valor inmenso en ello al margen de lo que consideremos que está bien o mal, o de resultados artísticos más o menos objetivos. Ese es el lugar del verdadero riesgo, ese es un lugar admirable para trabajar lo escénico.
Y para terminar:
¿Cuales son los dramaturgos directores de la escena nacional que te atraen ?¿qué cualidades destacarias de ellos?
Yo admiro mucho en el momento de creación escénica y dramaturgia contemporánea a Minke Wang que es un autor de origen chino viviendo ya muchos años desde su adolescencia aquí en España, primero en Valladolid, luego aquí en Madrid, lo que propone directamente pues revienta todas las concepciones de lo que podemos entender por lo escénico, y bueno yo siempre digo que es nuestro James Joyce, le admiro profundamente. Hay directores de escena que me gustan muchísimo, como Víctor Velasco, otros con los que he trabajado felizmente como Camilo Vásquez o Salva Bolta, y bueno en realidad la lista sería bastante larga, lo que es un buen indicador de que hay mucho en donde poder renovar la mirada.
Equipo artístico
Intérpretes: Óscar Oliver y Cristina de Anta
Dramaturgia / Dirección: Sergio Martínez Vila
Movimiento escénico: Natalia Fernandes
Diseño de producción: Pablo Villa Sánchez
Creativo técnico / Diseño de luces: Juan Miguel Alcarria, Antonio Colomo
Escenografía: Silvia de Marta
Diseño de vestuario y ayudante de escenografía: Nicolás Augusto
Cartel y diseño: Sofía Magán
Fotografía: Danilo Moroni
Vídeo y edición: Elena Garrido
Prensa: DyP Comunicación
Agradecimientos: Centro Cultural Paco Rabal