-¿De qué manera llegas al videoclip?

Siempre he sido un músico frustrado. Yo quería ser compositor de bandas sonoras pero nunca tuve talento ni paciencia para estudiar música. Cuando estudiaba Comunicación Audiovisual en Málaga, todos los trabajos de clase que dirigía eran de menos de 3 minutos y mudos. Sólo música. En cierta medida ya estaba haciendo vídeos musicales pero sólo fui consciente del medio cuando comencé a poner imágenes a piezas de músicos experimentales y descubrí que un videoclip no era sólo lo que emitían en 40TV. Más tarde, aquella maravillosa selección de DVDs que recopilaba el trabajo de Gondry, Spike Jonze o Corbjin supuso la Epifanía. Se podían contar cosas dentro de un formato distinto al cortometraje y con un alcance mucho mayor que un festival

 

-¿Que crees que tiene que tener un videoclip para que perdure en el tiempo?

Un videoclip es un gran videoclip cuando no puedes separar las imágenes de la canción. Si escuchas “Malamente” de Rosalía, es imposible que no vengan a tu cabeza los camiones, los polígonos y los toreros. El cerebro no deja de enviar imágenes porque estés oyendo una canción. No desconecta mientras disfrutamos de la música. Las une a recuerdos, vacaciones, relaciones amorosas o películas, pero un gran videoclip es el que consigue ocupar ese lugar. Billy Jean y el suelo luminoso, la cabeza de Peter Gabriel rodeada por animación stop-motion… Por ejemplo, “This is America” tendría la mitad de fuerza sin la imagen de Childish Gambino caminando por esa nave industrial. Es más, tengo dudas de si la canción por si sola hubiera conseguido llegar tan lejos.

Un buen videoclip puede aumentar la pegada de un tema musical en un 50%. Convencer a una audiencia que no es fan en principio pero los consigues enganchar por la vía visual. Funciona un poco igual con las bandas sonoras. El Piano no sería la misma película sin la música de Michael Nyman

 

De la idea original al resultado final ,  ¿Cual es la obra con la que más satisfecho te has quedado?

Al principio odio cada trabajo porque jamás te aproximas 100% a lo que pensaste (por presupuesto, por timing, por falta de tu propio talento…) pero a su vez, los veo con el tiempo y me digo… bah, no están tan mal. No conozco a nadie que no tenga una relación amor-odio con su trabajo. Si tengo que elegir dos de los que me siento orgulloso serían el de Philip Selway “Coming up For Air” y “Catenaccio” de Jessica. Afiné bastante en esos dos.

 

-¿Como funciona tu metodologia de trabajo?,¿Y tú imaginario como lo proyectas?

Siempre he admirado a esas personas que se sientan en un escritorio y trabajan 6 horas seguidas para, al final del día, tener la propuesta terminada. Al principio me creaba mucha ansiedad no poseer esa disciplina. Luego comprendí que cada cabeza funciona de manera distinta y que no iba a obtener una mejor idea obligándome a tenerla.

Me pasa como en aquella canción de Babasónicos cuando dicen “No dejen que el disco le domine, es usted el que tiene que dominar al disco” Yo he aprendido a tener paciencia. Paso días sin que se me ocurra nada. Escuchando el tema en bucle. Es un proceso horrible porque, muchas veces, la idea llega casi en el último momento. Sin explicación. Puede ocurrir que mientras camino, veo una película o hablo con alguien, de repente, una imagen muy clara se aparece y se conecta sola. Es cierto que ayuda el estar 24 horas escuchando música y apuntando ideas en una libreta para futuros videos. Como si entrenara para un proyecto que todavía no ha llegado. Eso me permite contar con un fondo de armario creativo del que tirar cuando estoy seco. Además, creo playlists similares al tema en el que estoy trabajando en términos de tempo y armonía. Muchas veces otro tema similar puede inspirarte. A partir de ahí, cuando creo que tengo algo interesante, un concepto, una imagen potente, vuelvo a casa e imagino la idea mientras escucho la canción con la que estoy trabajando. Si ambas, idea y música, se sincronizan, entonces comienzo a desarrollar la estructura que es lo más sencillo. Saber qué va a pasar en la estrofa, en el estribillo y en el puente es cuestión de estrujar y retorcer la idea. Lo más complejo es encontrar ese pedazo de mármol sobre el que empezar a cincelar

 

¿Cuales han sido los realizadores referentes para tí?

Muchos, muchísimos. Anton Corbijn es una gran referencia. Casi espiritual. Me veo identificado con ese estilo más desaliñado y menos cinematográfico. Admiro a esos realizadores que obtienen imágenes perfectas, poderosas, donde el artista rezuma misterio, sensualidad y épica. Soy incapaz, por más que lo intento siempre hay un halo de artificio, de extrañeza, de feísmo… Por eso, volviendo a Corbijn, más que influenciarme en la estética, me mostró como convertir las carencias en puntos fuertes. Después he manejado siempre referencias fuera del video musical. Sobre todo del cine, del video arte y la pintura. Estoy constantemente consumiendo cultura de toda ralea. En un día puedo escuchar Babasónicos y Penderecki, o disfrutar con “El Espejo” de Tarkovsky y “Hot Shots” de Jim Abrahams. De esa colisión siempre surgen híbridos extraños

 

¿Que realizadores nacionales te gustan más? ¿Que destacarias de ellos?

Luis Cerveró es posiblemente el mejor realizador de videoclips que hemos tenido y vamos a tener en este país, un genio. Echo mucho de menos aquella época donde cada tres meses teníamos algo nuevo de él. De Lyona admiro mucho su capacidad de conectar con el público con planteamientos sencillos pero muy potentes. Y de las nuevas generaciones creo que Jordi Estrada o Leo Adef representan muy bien la nueva ola nacional.

 

Dada la situación economica actual,¿como se puede hacer un buen videoclip en estos tiempos?¿de que manera?

Paradójicamente la situación del videoclip era tan catastrófica que ni con una pandemia hemos notado la diferencia. No creo que pueda ir a peor en términos de presupuesto. Aquí podría calentarme y explicar qué falla. Cómo han conseguido colar la idea de que la crisis discográfica continúa y, por eso, los videoclips, los diseños y las portadas de los discos siguen pagándose paupérrimamente. Se vuelve a ganar mucho dinero gracias al streaming y los contratos publicitarios pero siguen gastándose el mismo presupuesto en los vídeos que cuando no vendían discos.

Resumiendo, un vídeo musical genera mucho más dinero ahora que hace 10 años. Incluso me atrevería a decir que, según con ciertos presupuestos que se manejan en España, un video puede llegar a salir rentable. Pero ya digo que no me voy a calentar… esto daría para una entrevista en sí misma.

¿Con que grupos nacionales y extranjeros te gustaria trabajar en un futuro?

Tengo dudas sobre si me gustaría trabajar con grupos admiro y descubrir que no hay ninguna química trabajando. Prefiero mantener la jerarquía fan/ídolo. Pero he tenido la suerte de trabajar con dos artistas de los que era y soy fanático absoluto como New Order e Iván Ferreiro y la experiencia no pudo ser mejor. Si me das a elegir, me gustaría poner imágenes a bandas que, aunque no escucho a menudo, su música provoca muchísimas imágenes en mi cabeza: Beach House, Foals o St Vincent por decirte tres.

En el fondo, lo único que me queda pendiente es un videoclip para Depeche Mode, otro para Juana Molina y uno más para Christina Rosenvinge y ya me podría morir.

 

 

Y ya para terminar,¿que elementos consideras importantes para hacer un videoclip de calidad?

Me pongo nostálgico ahora, pero me lo perdonas. Y es que hemos perdido totalmente la fuerza de LA IDEA. Curiosamente ocurre como en los 80s donde la imagen del artista, el set, y la técnica dominaron más que el concepto. Después, durante la segunda mitad de los 90s, esa estética pasó a la publicidad (anuncios de perfume, moda…) y el videoclip adoptó una narrativa más sesuda, más conceptual (Gondry, Cunningham…) más cercana al cine y al vídeo arte y el artista dejo de ser el centro del clip. Ya estamos notando el agotamiento de un sistema, barato en su producción, pero monótono en el resultado: el rodaje en 16mm o VHS, en exteriores, lenguaje documental de estética urbana y un artista que posa mientras canta convertido casi en modelo publicitario. Hay un riesgo de que parezcan la misma banda y el mismo video. Creo que en tres o cuatro años asistiremos a otra revolución del clip y volveremos a plateamientos que requieran más del espectador que la mera contemplación. Por eso creo que vídeos como “This Is America” o “Malamente” de Rosalía han conseguido trascender. Porque el director no solo ilustra la canción sino que aporta al tema una dimensión extra, provoca una discusión, capta el interés del púbico general, no solo el de los fans. Estoy deseando que un video me vuelva a sorprender pero para ello necesitamos mejores condiciones para experimentar, más presupuesto para buscar nuevos caminos.

Puedes ver más trabajos de NYSU en este link:

https://nysuforever.net/