https://youtu.be/57iV2i0Hu5Y
En diciembre de 2015, rebuscando en un mercadillo de antigüedades, dimos con un puesto en el que los dueños se dedicaban a vaciar viviendas gratis para luego vender los objetos que se llevaban. Entre todo aquel montón de cosas encontramos la correspondencia de Carmen Muñoz con su marido a finales de los años 50. Y así, por 20 euros, nos compramos parte de la vida de una persona: sus cartas y unas fotos.
Al leer estas cartas y sumergirnos de una manera tan íntima en la vida de Carmen, y por el modo en el que habíamos encontrado estos recuerdos, vendidos en un mercadillo, decidimos que teníamos que rescatar su memoria y hacerle un homenaje a esa mujer desconocida.
Este proyecto parte del deseo de no olvidar, de poner conciencia en la importancia de la vida de cada uno y de las experiencias y los recuerdos que la forman y nos forman, aunque esos recuerdos acaben vendiéndose por unos pocos euros en un mercadillo.
¿Cómo nace este espectáculo? ¿Qué queríais contar con él?
El espectáculo nace con un encuentro casual. Una de esas sorpresas de la vida. En diciembre de 2015, rebuscando en un mercadillo de antigüedades, dimos con un puesto en el que los dueños se dedicaban a vaciar viviendas gratis para luego vender los objetos que se llevaban. Entre todo aquel montón de cosas encontramos la correspondencia de Carmen Muñoz con su marido a finales de los años 50.
Nos llevamos aquellas cartas junto con unas postales y unas fotos por 20 euros.
Al leer estas cartas y sumergirnos de una manera tan íntima en la vida de Carmen, y por el modo en el que habíamos encontrado estos recuerdos, vendidos en un mercadillo, decidimos seguir investigando para poder componer la vida de esta persona. Con este espectáculo queríamos rescatar su memoria y hacerle un homenaje a esa mujer desconocida.
¿Qué es lo que os atraía de la vida de Carmen para reconstruirla y contarla?
Lo más atrayente en principio era la manera en la que nos habíamos topado con todo aquél material y la curiosidad que nos producía el hecho de que todo aquello hubiese acabado en un rastro sin que nadie de la familia lo reclamara. ¿Por qué estaban allí todas esas cosas íntimas? ¿Por qué la familia de esta mujer no se lo había quedado? Todo esto nos empujó a querer saber más y a intentar reconstruir su vida. Y cuando empezamos a leer sus cartas, su personalidad nos atrapó, nos enamoró y entonces ya se convirtió en una necesidad.
¿Como ha sido el proceso creativo y de qué manera se construye, siendo teatro documental, hasta llegar al resultado final?
Como los anteriores espectáculos de Teatro de La Catrina, “Homenaje a una desconocida” es una pieza de teatro documental autobiográfico, un tipo de teatro en el que exponemos al público tanto el proceso de la investigación de un tema en particular como la transformación que dicho proceso va generando en nuestro camino personal. Así, nuestros montajes, ofrecen al espectador dos viajes paralelos: lo investigado y lo vivido. En “Homenaje a una desconocida” lo investigado reside en todo lo que rodea a la vida de Carmen Muñoz, teniendo como objetivo inicial componer su biografía. Y lo vivido está en la experiencia que supone dar espacio a que la vida de una mujer a la que no conocíamos nos transforme personal y artísticamente, permitiendo que su memoria forme parte de la nuestra. Para mostrar al público estos dos viajes, nos servimos de distintas herramientas escénicas: Soportes audiovisuales (en Teatro de La Catrina documentamos audiovisualmente cada paso que damos), objetos que forman parte del resultado del trabajo de investigación: cartas, fotografías, cuadros o catálogos de las exposiciones de Carmen y textos que nacen de conversaciones con la propia Carmen, de experiencias personales relacionadas con el proyecto, o incluso de fragmentos de la correspondencia entre Carmen y su marido. Esto nos permite crear un lenguaje escénico universal, donde la palabra comparte su protagonismo con otras disciplinas como la instalación, la música, el vídeo o el performance.
¿Qué reflexiones os gustaría generar al público con este montaje?
Este proyecto parte del deseo de no olvidar, de poner conciencia en la importancia de la vida de cada uno y de las experiencias y los recuerdos que la forman y nos forman, aunque esos recuerdos acaben vendiéndose por unos pocos euros en un mercadillo.
Este espectáculo es también es una obra dedicada a la vejez, esa etapa de la vida en la que parece que ya nada interesante nos puede pasar.
La gente piensa mucho en sus padres y sus abuelos cuando viene a ver la obra, son relaciones que todo tenemos o hemos tenido. Muchos vienen a decirnos que van a registrar los altillos de sus padres por si acaso existe algún recuerdo cuya existencia desconocieran.
Y también el público tiende a pensar en su propia vida y dónde quedarán sus cosas, sus recuerdos, cuando ya no estén.
En estos tiempos tan inciertos, y habiendo sido finalistas de los Max, ¿os ha impulsado para tener mayor visibilidad?
Siempre ayuda el reconocimiento y sí, claro que da visibilidad, pero eso no siempre se traduce en trabajo. Hay que mezclar el reconocimiento con una buena labor de distribución. Se podría decir que los bolos son sobre todo fruto de dar la brasa a las salas de teatro.
Nosotras somos súper afortunadas, seguimos trabajando. Este año hemos entrado en El Circuito de La Red de Teatros Alternativos y estamos haciendo gira, en el momento más extraño de la historia.
El año pasado nos cancelaron las actuaciones durante el confinamiento, como a todo el mundo, pero nos las reprogramaron. Desde que se volvieron a abrir las salas no hemos tenido ninguna cancelación y eso es una suerte inmensa.
Y para terminar: ¿cómo definiríais el espectáculo en una sola frase?
Este espectáculo es un homenaje a la vida de Carmen y, de alguna manera, a la vida de todos.
TEATRO DE LA CATRINA
Creación e interpretación: Desirée Belmonte y Cristina Correa
Texto y audiovisuales: Desirée Belmonte y Cristina Correa
Música original: Rafa Fernández-Delgado
Diseño de luces: Isaac Torres
Asesora de arte: Laura Correa
Espacio técnico: Pedro Gualda
Coordinación artística: Isaac Torres
Confección pantalla: Juanma Picazo
Foto promo y diseño gráfico: Clara Carbonell y Guillermo Martín
Prensa y redes sociales: Jessy Puig
Fotografías: Josep Manuel Benavent y Alain Dacheux
Producción: Teatro de La Catrina