Mariano Massolo Quinteto en Big Mama Ballroom: swing, carisma y alegría compartida
La noche en Big Mama Ballroom se convirtió en una verdadera fiesta del swing, gracias al talento y la calidez del Mariano Massolo Quinteto. En una sala íntima, nacida del pulso de la danza y el jazz, el armoniquista argentino desplegó mucho más que virtuosismo: ofreció cercanía, ritmo y una energía contagiosa que mantuvo al público de pie cantando, bailando y aplaudiendo desde el primer compás.
Mariano Massolo, con su presencia carismática y su dominio absoluto de la armónica cromática, se mostró tanto como músico como anfitrión. Habló con el público entre temas, propuso juegos rítmicos y convirtió cada pausa en un momento de complicidad. La interacción fue constante y genuina, desdibujando las fronteras entre escenario y pista.
El repertorio recorrió clásicos del swing y del jazz vocal: desde una encendida versión de “Minor Swing” de Django Reinhardt hasta los primeros acordes de “Since I Don’t Have You” y “Georgia on My Mind”, que arrancaron suspiros del público. El punto más alto de la velada fue un excepcional arreglo de “Blue Drag”, otra composición de Django, el gran padre del género, que encendió definitivamente la sala y provocó una ovación estruendosa.
La conexión entre el grupo y Madrid tiene historia: según contó el propio Mariano Massolo, la semilla de este encuentro se plantó hace años, cuando el fundador de Big Mama Ballroom le escribió desde España para decirle que soñaba con bailar su música. Tiempo después, ese mismo mensaje se convirtió en gesto: viajó hasta Buenos Aires, asistió a un concierto, y bailó junto al grupo (según el propio Mariano, “robándose la atención del show”). El círculo se cerró con esta visita a la capital española, donde músicos y bailarines se encontraron una vez más en el mismo suelo.
El quinteto se completó con Fernando Bellver en guitarra rítmica, Arturo Zaldiviar en guitarra y voz, Paolo Furio en contrabajo, y el extraordinario Julio Marín en clarinete, quien junto a Massolo se turnó como solista principal con una expresividad notable.
La improvisación, tan central al espíritu del swing, fue protagonista de la noche. Muchas veces, Mariano —con su inconfundible acento argentino y una sonrisa cómplice— soltaba un espontáneo “¡Dale vos!” mientras señalaba a alguno de sus compañeros, dejando en sus manos el siguiente solo. Cada tema se convirtió así en una conversación abierta, llena de sorpresas, donde lo inesperado era celebrado con entusiasmo desde la pista.
El concierto se dio en el marco del International Jazz Day 2025, y no pudo haber mejor forma de celebrarlo: música viva, cuerpos en movimiento y una comunidad reunida alrededor del swing. La noche cerró con una jam session vibrante, donde se sumaron estudiantes de Mariano llegados desde distintos rincones de Europa, convirtiendo el escenario en un verdadero punto de encuentro generacional y geográfico.
D.M