Atravesado por la multidisciplinaridad, **Guillermo Casanova** es músico, ilustrador, diseñador gráfico, comunista, amigo, hermano e hijo. Su banda de toda la vida es El Gobierno, aunque a sus 42 años, cada vez más constantes de su vida son «de toda la vida». Toca el bajo en Los Chicos, y practica el folk en los William Folkners. Es la mitad del fanzine «REVISTO OSTRAS», es residente en Puente de Vallekas desde hace 11 años, y se siente raro hablando de sí mismo en tercera persona.
¿Cuál fue el primer videoclip que viste o recuerdes de tu infancia?
No creo que fuera el primero, pero sí que es el más memorable de mi infancia: Take On Me de A-HA.
¿Qué videoclip es el que más detestas?
Creo que cualquier videoclip que combine coches caros + piscina + mujeres objeto + artista con peinado improbable haciendo gesto de rezar y señalando al cielo. Es decir: muchísimos.
¿Con qué videoclip descubriste que había un gran realizador detrás?
«Praise You» de Fatboy Slim, que es con el que descubrí a Spike Jonze. Me parece que es tierno, que es sincero y que comprende a la perfección la forma.
¿Cuál es el videoclip que más veces hayas visto y te encanta volver a ver?
«Sabotage» de Beastie Boys. Puro carisma y talento cinematográfico combinados. Fue la primera vez que vi el concepto que luego usaría gente como Canadá: una no-narrativa fragmentada, hecha de secuencias inconexas. Algo que encaja muy bien para que el lenguaje del cine convencional se encuentre con el minutaje imposible de un videoclip.
¿Cuál es el que te parece que tiene la mejor narrativa e historia?
No me suele gustar que en un videoclip me intenten colar narrativa cinematográfica convencional, porque me parece que no funciona. No hay espacio suficiente. Tienes que optar por el recurso de poner minutos de intro y una conclusión al margen de la canción: irritante. En mi opinión, los buenos videoclips encuentran buenos conceptos visuales que encajan en la medida exacta de la canción. Una narrativa convencional necesita más tiempo para desarrollarse, así que pone la canción al servicio de una historia que, la mayor parte de las veces, es pobre, porque tampoco tiene tiempo ni recursos para desarrollarse eficazmente (diálogos, por ejemplo). «Guille, que te cargas el cartón de leche de Blur»… Vale, es verdad, el videoclip es una puerta de entrada al cine para muchos directores. Por eso tiendo a creer que este tipo de videoclip son como ejercicios de escuela de cine en el que el equipo pone en práctica recursos narrativos, pero que no sirven ni a una historia ni tampoco a la canción: sirven para ver si soy capaz de hacer un buen plano secuencia, o crear un humor visual que podría desarrollarse en una película. Si tengo que elegir uno, elegiría «Born Free» de M.I.A. (que lo dirige Romain Gavras), pero porque soy un rojelio y es ideológicamente impactante. Pero creo que los mejores videoclips tienen enfoques creativos distintos al cine convencional.
¿Cuál consideras que es el mejor videoclip de un realizador en particular?
Me encanta «Away» de The Feelies. Dirigido por el gran cineasta Jonathan Demme, encuentra un recurso narrativo para adjetivar la música y capturar el ambiente de un concierto de una banda muy especial. El director de El Silencio de los Corderos o Philadelphia entiende muy bien cómo y qué se puede contar en un videoclip.
¿Qué videoclip es el que más veces has recomendado que vean?
Puede ser el de «A DRUG AGAINST WAR» de KMFDM. Dirigido por Aidan Hughes, Eric Koziol y Eric Zimmerman, creo que es muy avanzado para su año (1994) y que tiene un concepto visual supersólido.
¿Cuál es el que más te ha sorprendido actualmente?
Creo que el impacto de un videoclip ya no es el que era, que en general se ha devaluado el trabajo audiovisual hasta tal punto que es difícil encontrar algo interesante o creativo: no existen los presupuestos que existían. Me molan mucho los videos que ruedan a una banda con algún giro estilístico disruptivo: me gustó muchísimo el video que sacaron los suizos The Monsters para su single «Stranger to Me». Es CUTRÍSIMO. Es básicamente su cantante, Beatman, grabándose a sí mismo con el móvil con una iluminación dramática (sospecho que la linterna del móvil). Componen cutremente las distintas tomas y ponen un moaré de librería infumable, y aun así, el factor humano del japeto del reverendo es tan abigarrado, que sale bien el conjunto. Acojonante. Uno de los más memorables recientemente para mí, es «Punching Air», de los australianos The Meanies. Me encanta, capta el carisma de los miembros de la banda con muy pocos recursos.
¿Qué videoclip nacional consideras el más relevante para ti?
Me gusta mucho «Menea el Bullarengue» de Siniestro Total. Creo que es un vídeo anti-guay que se separa un poco del rollo «Movida Madrileña» de pijos disfrazados de marginales, y le da protagonismo a la gente de verdad de Madrid, que es la gran olvidada en la narrativa de la ciudad.
¿Qué videoclip te gustaría ver en pantalla gigante?
Te voy a decir que «Sam» de Meat Puppets, porque me gustaría ver a Meat Puppets en todos lados.
