Cuéntanos, ¿Cómo ha sido el origen del proyecto?, ¿de dónde nace la necesidad de contar esta historia y cómo surge la elección de Angela como protagonista?
Hace 10 años yo empecé a trabajar en una imagen, en un pequeña desarrollo de esa imagen, a partir de las últimas líneas de texto que tiene Nina en La Gaviota. Por entonces era la idea que tenía era ir de a poco desplegando ese material en el que, a partir de lo que Nina decía yo empezaba a tirar del hilo y a entrar en una especie de discusión o problema con esas afirmaciones. Esto quedó en un texto y unas ideas incipientes guardado durante diez años.
Un día Angela llega al taller que yo impartía y del ella estaba participando, notablemente triste porque se le habían caído trabajos, proyectos en los que iba a actuar. Mi reacción inmediata fue «Mira, te dirijo, hacemos una obra de pequeño formato para que pueda vivir sin depender de lógicas que nada tienen que ver con la actuación, que es una vocación y no un trabajo».
Ahí primero pensé en hacer algo con un fragmento de «Háblame como la lluvia» de Tennessee Williams, empezar a tirar de ahí pero inmediatamente me vino lo que había empezado a imaginar hacía diez años a partir de Nina y le propuse eso. Así fue.
¿Cómo ha sido el proceso de dirigir a Angela y trabajar las sensaciones que fluctúa con su personaje?
Ha sido un proceso de no tanta cantidad de ensayos pero de mucha intensidad y atención en cada uno. Yo escribo mucho sobre la escena en ensayo y al principio era ir registrando con el cuerpo in situ y por repetición toda la primera escritura, la dramaturgia escénica de la primera parte. Y luego ya empecé a escribir más sobre papel, a desarrollar, desplegar, crear texto desde la escritura literal. El trabajo con Ángela fue crear y tallar en la escena ensayo a ensayo la partitura. Las sensaciones son, en todo caso, lo que hace vibrar todo lo que la partitura toca y moviliza, y ese trabajo tan fino lo pudimos hacer con Ángela por su inmensa entrega a la actuación, por lo brutal actriz que es.
¿Por qué crees que es necesaria esta obra en la actualidad?
No creo que sea necesaria, para nada. Por suerte. La puedo hacer con absoluta libertad porque sé que nadie la necesita.
¿No debemos perder nunca esa hambre que se menciona durante el espectáculo?
Ni idea. No es un mensaje, al menos no es esa mi intención. Es un signo de la obra que me gusta mucho porque abre muchos sentidos, digo semánticamente. Y también porque es una palabra muy carnal, como muy física. Y también porque es algo horrible tener mucha hambre.
¿Qué recorrido vais a tener esta temporada con el espectáculo?
De momento hacerla siempre que podamos. Eso quiere decir siempre que haya quienes quieran ver La Persistencia.
Sabemos que iremos al Teatro Central de Sevilla en marzo.
¿Qué reflexiones y/o poso te gustaría generar al publico con este montaje?
No he pensado nunca en eso. No pienso nunca en eso cuando hago una obra. No puedo hacer una obra con una finalidad de esa naturaleza. Me gusta lo que pasa con la obra, lo que le pasa a cada persona particular, real, cuando hablo con ellas después de la función, me parece bien todo lo que pase con la obra, o ni bien ni mal, simplemente es algo que nunca estuvo en mis manos.
Como creadora,¿es la pasión un motor constante en tu vida ?
Yo solo sé que siempre me he dedicado al teatro. Siempre he estado haciendo algo con la escena. No sé si es una pasión, una condena, una escasez de recursos en mi persona para hacer otras cosas…una bendición, un «no se me dio mal y me metí a fondo por ahí«…Es lo que hago, el lugar desde donde doy algo a la comunidad de la soy parte, el lugar desde donde pienso, imagino, descompongo y recompongo la vida… Es un lugar en el que la experiencia de la vida, el hecho de estar viva, se me presenta como
una visión muy nítida, siempre y cada vez, como una revelación que es siempre la misma pero única cada vez al mismo tiempo.
Como sociedad, ¿de qué manera podemos realmente valorar nuestra cultura y el arte?
Ya la valoramos o no… Está en nosotros. La cultura no es lo que decimos que es la cultura. La cultura somos todos. Creo.. Cada vez me interesan menos los discursos sobre las cosas y más los discursos como cosas…
DIRECCIÓN.
¿De qué manera cambia tu vida al recibir un Max?
Fue una alegría inmensa. Fue inesperado. No sé si cambió mi vida. Pero fue hermoso.
¿Cuáles crees que deben ser los ingredientes del buen teatro?
Ni idea… Jamás he pensado en eso.
¿Cuáles crees que deberían ser los elementos que hay que desterrar del teatro?
El teatro cocina lo que le eches. No creo que haya que desterrar nada. Al menos a mí nunca me gustaría estar en ese lugar, de desterradora… Por qué habría que desterrar algo? No sé, ni se me ocurre…
¿Cuál es el mejor consejo que has recibido dentro de esta profesión?
No sé si recibí consejos. Ahora mismo no lo recuerdo. Pero he tenido conversaciones y momentos muy importantes con amigos, colegas, personas que tatuaron en mí sensaciones vinculadas al teatro que están todo el tiempo conmigo. Pero no consejos. Nunca he pedido consejos tampoco. Tengo recuerdos, imágenes, encuentros en escena, miradas, compañeros a quienes admiro, más bien que me conmueven, conversaciones, gloriosas risas etc… que hacen también a la actriz y directora que soy hoy.
¿Existe como creador la excelencia en las tablas?, ¿quiénes consideras que la logran en la actualidad?
Ni idea… De verdad no sabría responder a esta pregunta.
Hay tantas cosas o actuaciones que me conmueven del teatro, de la escena, y son tan distintas entre sí y vienen de lugares tan diferentes… no sé. Creo que la excelencia es el modo de mirar también… de entregarse a la experiencia escénica.
Luego también hay cosas que no me convocan ni me conmueven nada, pero de esas cosas ni siquiera me interesa hablar…
Para ti, como directora, ¿qué consideras realmente arriesgado hacer en la escena actual? ¿te llegas a autocensurar tratando ciertos temas?
No trabajo por temas. Los temas son débiles.
Y en la actuación o la dirección ni siquiera pienso en censuras, autocensuras…. Yo actúo, yo creo una obra. Y en todo caso si algo decidiera no abordarlo o no darle lugar en una obra mía o en la actuación esa decisión suele tener que ver con qué gana o pierde fuerza la escena que yo quiero desplegar ahí.
¿Qué directores y dramaturgos te atraen de la escena nacional?¿Qué cualidades destacarías de ellos?
Los directores y dramaturgos con los que trabajo, seguro. Los Pablos, Messiez y Remón.
Y luego me gustan muchas obras, de creadores de aquí y de Argentina también, y a veces de otros países…
No me puedo poner a describir cualidades y eso… Pero a mí me gustan muchas cosas, cosas distintas de diferentes creadores y creadoras… No hay un patrón, a veces me sorprendo porque me conmueve algo que no puedo asociar con la imagen simplona que tengo de mí, porque la imagen que uno tiene de uno es siempre simplona o plana, insuficiente, pobre, cerrada… y por eso es hermoso que nos pillemos a nosotros mismos de pronto conmovidos por algo que no hubiésemos imaginado nunca. Eso nos hace de pronto más extensos y misteriosos para nosotros mismos.