Laura Garmo es directora, dramaturga, y productora teatral. Graduada en Dirección escénica y dramaturgia en la RESAD.
En 2025 dirige, en el Teatro Español, Cumpleaños de Luisa Carnés y El desconocido de Carmen Kurtz, con versión de Yolanda Pallín. En 2026 se estrenará una obra de su autoría, Guayominí, en Nave 10 Matadero, dirigida por Pablo Martínez Bravo.
En 2018 publica El dulce crepitar de tus huesos (Esperpento Ediciones Teatrales) y varias obras cortas en Ediciones Invasoras. En 2024 recibe el premio Ana Diosdado de Sgae por su obra Mi madre no existe.
Escribe y dirige varias obras estrenadas dentro del circuito teatral madrileño entre las que destacan: Germen (Festival Surge Madrid 2020), su unipersonal Perra Royendo Hueso (2021) y Como Las Grecas (2024). En 2023 es finalista con su obra Caminando en el Certamen de Nuevos Investigadores Teatrales (Cenit).
Funda la compañía Teatro a Bocajarro en 2021 con Nacho León. Juntos realizan la dramaturgia y dirección de obras de teatro clásico, como El muerto disimulado de Ângela de Azevedo y El destino de una mujer de Lope de Vega. En 2024 estrenan en el Festival de Almagro El Arte de ser Comediante y en 2025, Antona García de Tirso de Molina, también dentro del Festival.
¿Cuándo fue la primera vez que pensó en ser directora?
Desde siempre me ha gustado la creación, hago teatro desde pequeña y desde que recuerdo he disfrutado proponiendo cosas en el escenario. Pero cuando tuve la revelación clara que lo que quería hacer era dirigir fue en 2011 en el Valle Inclán viendo la obra Falstaff dirigida por Andrés Lima. Él estaba en escena moviendo los hilos, facilitando la acción desde la propia escena, era una obra muy teatral, con unas pocas cosas lo hacían todo. Ese día pensé: eso es lo que quiero hacer. También La Zaranda me inspiró mucho
para crear en esa época.
¿Y cuándo sintió que lo había logrado?
Dirigí mi primera obra en 2012, Fando y Lis de Fernando Arrabal, la monté con unos compañeros de teatro, recuerdo lo absorbida que estaba por ese trabajo, me sentía en mi salsa, también la produje yo con otro amigo y aprendí mucho haciéndolo. A partir de ahí, he seguido produciendo y dirigiendo mis propias obras, pero quizás fue pasar por la Resad lo que me dio la seguridad para definirme como directora.
Su primera vez sobre las tablas fue en….
En el colegio, en el año 1994, hacíamos musicales en playback, era muy divertido.
Y la última ha sido en….
Mi obra unipersonal perra royendo hueso sobre la escultora francesa Camille Claudel.
¿A quién admiraba de pequeña ?
A las actrices y actores que no puedes dejar de mirar en escena, que te atrapan cuando actúan.
¿A quién admira ahora?
A los compañeros y compañeras generosas en el trabajo, que saben hacer equipo.
Aprendí mucho de….
La propia experiencia de trabajar, observar lo que otros hacen y hacer, es la mejor escuela.
No me ha enseñado nada…
Siempre se aprende algo.
¿Qué personajes célebres le gustaría dirigir?
Cualquiera de Tennessee Williams por ejemplo.
¿Con que actores/directores le gustaría trabajar?
He tenido la suerte de trabajar de ayudante de dirección con directores a los que admiro mucho y aprender de ellos y me encantaría poder estar, por ejemplo, en un proceso de creación de Miguel del Arco, de
Pilar Valenciano o Raquel Camacho entre otras. Respecto a actrices y actores también hay muchas con las que me gustaría trabajar y repetir, pero para eso me tienen que seguir dando trabajo como directora.
¿Cómo se gestiona la incertidumbre ante un proyecto que no llega?
Lo que más me funciona para gestionar la incertidumbre es seguir trabajando, escribir una obra nueva, investigar, estudiar…
¿Cómo se celebra cuando si llega?
Yo lo vivo con mucha ilusión, ojalá me acostumbre a que me llegue el trabajo, pero la realidad es que a día de hoy lo vivo como un regalo.
Un director debe tener un plan b para poder sobrevivir, ¿cuál es el suyo?
El plan b que más me gusta tiene que ver con mi faceta como dramaturga, me encanta escribir.
¿Cuáles son las historias que más le atraen actualmente para dirigir?
Cualquiera que me haga reflexionar y que me permita contar algo que me mueva.
¿El mejor momento vivido sobre las tablas?
Hay muchos, pero ahora justo me viene este de hace un año. Estuvimos con mi obra Como Las Grecas, en el Centro Cultural Paco Rabal y ver a buena parte del público de pie al final de la obra bailando el te estoy amando locamente fue muy especial. Tengo mucho cariño a esta obra, además hacerla
en Vallecas, mi barrio y con tanta gente querida, fue muy especial. Yo no estaba sobre las tablas, pero como si lo estuviera.
¿ Y el peor?
No recuerdo ninguno concreto, pero cuando hay problemas técnicos se
pasa mal.
Una obra que le haya herido su sensibilidad como espectadora…
Varias de Angélica Liddell
Y una que le haya insultado a su inteligencia…
Varias, pero no lo voy a decir.
¿Qué tal sientan los premios, como se digieren para continuar después?
Solo he recibido uno en mi vida y la verdad que me dio mucha alegría, el reconocimiento te da fuerzas para seguir creyendo en ti en este mundo artístico tan precario en el que la tarta a repartir no da para todos.
Querría conocer a:
A nadie en particular. Seguir conociendo a gente que ama el teatro,que es generosa y sabe crear equipo.
¿Qué le anima a no rendirte en esta profesión?
La certeza de que no podría ser feliz dedicándome a otra cosa.
¿Qué le gustaría estar haciendo dentro de diez años? Y en dónde?
Dirigir, escribir, dirigir, escribir… donde sea.
