Nacido en Palencia en 1988, empiezo la carrera de Viola en el conservatorio a los 8 años y abandonó a los 17, momento en el que me paso al bachillerato de artes con intención de convertirme en dibujante, artista o lo que fuera relacionado con lo que yo entendía entonces como bohemio, decisión, como todas, apoyada por mis padres, que siempre me han dicho que sí a todo menos a fumar porros.
Estudio Bellas Artes y empiezo a tatuar antes de terminar la carrera porque veía venir el asunto, 2011 y post crisis nadie iba a venir a contratarme de creativo en ningún lado, así que con el tatuaje espero en aquel momento sostenerme un tiempo, y así es. En 2011 abro un pequeño negocio en Salamanca junto a Macu @macuwu y con los años mi proyecto toma forma gracias a numerosas crisis y acabo tatuando desde 2017 en estudios de Hong Kong, USA, Polonia, Japón, Corea, Taiwan, Francia, UK, y también Palencia, lo que resulta un sueño cumplido de autoexplotación internacional (a día de hoy me da bastante asco viajar porque para amortizarlo tengo que romperme el lomo y también un poco por el absurdo de aparentar molar todo el rato, que suena muy guay estar tomando un café en Manhattan, pero después de subir la foto al Instagram te toca pagar 12 pavos y meterte en un metro lleno de gente triste).
En 2021 y siendo padre de una bebé de un año retomo la pintura, que no tocaba desde el último año de universidad, y con los años terminó colaborando con varias galerías (Australia, Taiwan, UK, Dinamarca, Portugal) y vendiendo a cuentagotas obras por todo el mundo, que está bien pero no da para comer.
Actualmente intento no moverme a tatuar a ningún lado y trabajar lo mínimo posible para mantener mis deudas al día y jugar con mi hija a los restaurantes.
¿Qué momento en concreto que recuerdes fue el que te empujó a querer meterte en el mundo del comic?
Pues creo que la posibilidad de ser dibujante ha estado en mi horizonte desde los 5 años aproximadamente, que gané un concurso de dibujo en mi pueblo y me vine arriba pensando en que no solamente mis padres y abuelos consideraban que dibujaba bien. Al escribir esto me doy cuenta de que quizá sea todo una cuestión de ego. En fin, en la adolescencia fui consolidando dos ideas, una que mi vida era dibujar, y la otra, una vez me fui de casa a estudiar, era que no quería volver a vivir con mis padres, a los que adoro, porque me daba la sensación de fracaso (por toda esa mierda de la realización, el ser alguien, el esfuerzo, etc.). Entonces, ya licenciado, encontré en el tatuaje la manera de usar lo que sabía hacer para sobrevivir, cosa que me permitió y me permite seguir comiendo y además seguir trabajando en un proyecto personal que ha ido tomando forma con los años.
¿Cómo ves el mundo de la ilustración ahora tanto con IAs como sin IAs?
Lo de las IAs es el dilema del momento, a ratos me preocupa, no tanto como ilustrador sino como ciudadano en un mundo que cada vez comprende menos los usos no literales del lenguaje y que a la vez perfecciona técnicas para mentir y disfrazar de real lo más inverosímil. Sin embargo, hablando estrictamente de la profesión, no me sorprende que instituciones, editoriales grandes y pequeñas hayan caído en el abuso de una herramienta que casi siempre resulta en imágenes cutres. Me jode eso, que sea todo tan cutre. Pero qué le vamos a pedir a un sistema movido por la productividad, en los que la calidad, la profundidad y la reflexión son, sobre todo, una pérdida de un tiempo que cuesta dinero. En este sentido considero que ahora es más evidente el tinglado, cosa que es negativa en sí misma pero que, por verle un lado bueno, deja también al descubierto a quienes hacen bien las cosas. Y creo que hay mucho de esto, tanto en la oferta como en la demanda, esta historia de que el consumidor es voraz e idiota me parece también parte del discurso capitalista para que quienes buscamos futuro y esperanza desistamos y nos metamos en la rueda por completo. Hay una gran parte de la gente que consume cultura que es crítica, que busca lo que quiere y que no se conforma con los premios planeta. Hacen poco ruido porque no interesan y porque prefieren estar leyendo o dibujando en silencio, supongo.
¿Qué ilustradores españoles veteranos admiras?
Mi dibujantes preferidos del mundo entero español son Jordi Bernet y Azpiri. Cito también a Marika Vila y Juanjo Guarnido, pero si me pongo a mirar en mi cabeza y en mi biblioteca la lista sería larguísima porque son todas y todos acojonantes.
¿Te parecen Bélgica, Francia, Japón, Estados Unidos y Canadá, los países que mejores ilustradores han tenido siempre? ¿Remarcarías algún otro país en concreto?
No, me parece España, honestamente. Adoro a Mignola, a Giraud (nos ha jodido), a Hugo Pratt, etc, pero creo que el humor gráfico español está muy por encima en mi lista, probablemente porque compartimos una cultura que hace imposible que ese humor se hiciera fuera de aquí, los demás tendrán el suyo, pero yo releo a los de aquí y sigo alucinando.
¿Crees que el dibujar es algo innato totalmente, se aprende o es una mezcla de las dos?
Creo que dibujar es una salida. Para mí es la única manera de soltar lo que me hace feliz y lo que me hace daño, y que me ayuda a conectar con personas que tienen las mismas preocupaciones. Si hablamos de dibujar «bien», entonces pienso en una mezcla de las dos. Entiendo que debe haber una pulsión o unas ganas y además es necesario practicar millones de horas, supongo que algunas más y otras menos, en mi caso me han hecho falta muchísimas, y las que me quedan.
¿De qué manera animarías a la gente a empezar a dibujar? ¿Lo consideras sanador expresarte así?
Lo primero que haría es meter en la cárcel a los padres, madres y profesoras y profesores que les dicen a sus hijos cómo tienen que dibujar, lo que tienen que dibujar, y que evalúan los resultados. Me parece la mejor manera de arrancar una herramienta de expresión de cuajo en los pequeños, sin meterme en lo que este direccionismo puede provocar en su psicología. Desde pequeños dibujamos como hablamos, jugamos o comemos, y reformaría totalmente la manera en la que se concibe el dibujo y la expresión como partes del aprendizaje y, en definitiva, de la persona. Si hablamos de adultos, pienso que puede funcionar como herramienta para sobrellevar el estrés de la vida diaria, claro, pero vamos que ahí lo veo como una meditación más que como una búsqueda consciente de resultados.
¿Puedes mencionar tres ilustradores vivos que tengan una especial relevancia para ti?
A dos ya los dije antes, pero Mignola, Bernet y Teresa Valero, que la descubrí hace poco y me alucina lo que hace.
Ya fuera de la ilustración, ¿puedes mencionar un disco, una película y un libro que te hayan marcado profundamente?
Disco, La Marca de Anubis, de Los Iniciados, que me lo ponía mi padre y me dejó la cabeza rota, película Terminator 2 porque es la hostia y libro Anochecer de Asimov y Robert Silverberg, que siempre me ha parecido un poco premonitorio.
¿Ves futuro en el mundo de la ilustración con la emergencia de las IAs generativas, y la crisis global?
No lo veo pero quiero verlo, porque si no qué sentido tendría seguir. He decidido este camino y esta postura de manera racional pero ahora soy un fanático, y de aquí no me bajo.
¿Cómo funciona tu metodología de trabajo?
Apunto ideas cortas en notas en cualquier momento del día, y cuando me pongo a dibujar o a pintar, si no se me ocurre nada mejor o más urgente en ese momento, tiro de archivo y filtro. Dibujo y pinto rápido, pero me tiro las horas obsesivamente reflexionando la manera en la que voy a dibujar o pintar cada idea. Luego resulta que cuando me pongo todo cambia y generalmente el propio proceso me lleva a cosas que no me habría planteado, pero soy incapaz de separar los espacios así que he encontrado el equilibrio en pasarme la vida con parte de la cabeza en esto.
¿Con qué artistas te gustaría colaborar?
Con Tyler the Creator y con Cañita Brava, que a su modo cada uno me parece que han hecho cosas muy interesantes y muy nuevas. Y con Prince, pero está muerto.
¿Te parece que la alta cultura y la baja cultura ahora mismo ha cambiado desde la aparición de Internet?
No creo demasiado en las categorías verticales, me parecen un camino masticado para limitar al espectador y convertirlo en idiota. Creo que la cultura cambia, se adapta, se intenta monopolizar, se monetiza, se usa para manipular, en fin, como en la Edad Media. Internet aparece para democratizar y resulta que no hay dios que encuentre ya nada porque hay demasiado, no sé. Pero vamos que la cultura son muchas cosas, también pienso que gracias a las redes es más viable encontrar idiotas que piensan como uno, en el buen sentido y sobre todo en el malo, o sea que con el consumo y creación ocurre un poco lo mismo.
¿Qué tiendas de cómics o librerías te gustaría recomendar?
Letras Corsarias y Musarañas, ambas en Salamanca. Mi hija, mi pareja y yo somos adictas a estos dos lugares estupendos.
¿Quién es para ti el mejor dibujante de la historia y por qué?
Al que más he copiado es a Mignola, así que adelante con él.
¿Menciona tus tres ilustradores ya fallecidos favoritos?
Mingote, Uderzo y Miguel Noguera, que no se ha muerto pero se morirá algún día.

¿Te gusta la pintura clásica? ¿A qué artistas destacarías?
Destacar destacar, a El Greco y al que pintase lo de Altamira, anónimo imagino. Me encanta la pintura clásica, ¡a quién no! Yo ahora consumo pintura en Instagram, con lo cual estoy todo lo cerca de fuentes clásicas que puedan estar a quienes miro (y copio, muchas veces).
¿Cuáles son las historias que más te atraen actualmente para dibujar?
Normalmente trabajo alrededor de temas de actualidad o filosóficos, teniendo casi siempre de telón de fondo la idea de la muerte, aunque depende del día o del chiste o de la necesidad puedo trabajar con casi cualquier concepto y llevármelo a mi lenguaje. Es algo común ya que trabajo para personas que me proponen una idea y tengo que solucionarla.
¿Qué música escuchas para dibujar?
También depende del día, pero últimamente me muevo entre el ambient dungeon y el italodisco. Muchas veces no escucho música mientras dibujo, en realidad, me gusta escuchar lo que hay alrededor.
¿Cómo ves el panorama de la ilustración en España?
Estoy metido de lleno en el mundo del tatuaje y a medio gas en el del arte de galerías y estas mierdas, sobre la ilustración solo tengo las historias que me cuentan, entonces no te puedo decir. En cuanto al nivel, creo, por los libros que me encuentro, que hay un nivel brutal, en los últimos años he consumido muchísima literatura infantil y hay cantidad de libros muy buenos escritos e ilustrados por personas de aquí. En el cómic creo que también hay gente con muchísima calidad, y en el humor gráfico igual (no comulgo con la tibieza de El País pero sus viñetistas son increíbles, por ejemplo). Así que pienso que hay un gran caldo para que aparezca gente buena, y supongo que igual que en todo lo demás, mucha gente se marcha por el maltrato clásico de este país a la creatividad, pero bueno.
¿Qué te gustaría estar haciendo dentro de diez años? ¿Y en dónde?
Me gustaría seguir disfrutando del sol con mi familia, a ser posible en el mismo pueblo abandonado de la provincia de Salamanca en el que vivimos. En lo laboral solo apunto a seguir con lo mío y que me siga permitiendo vivir, si acaso con un poco más de seguridad económica xd.
























