Directora, dramaturga e investigadora teatral, Goiricelaya ha creado y dirigido numerosos espectáculos de teatro y ópera para instituciones como el Centro Dramático Nacional, el Matadero, el Teatro Arriaga, el Palacio Euskalduna o el Kursaal, entre otros. Su trabajo se ha podido ver en teatros y festivales nacionales (Teatro de La Abadía, Festival de Otoño, Festival GREC, Festival Temporada Alta, Festival Castell de Peralada) e internacionales
(Festival Temporada Alta de Montevideo, Festival Santiago OFF, Festival Internacional de Artes Escénicas de Uruguay, Festival de Teatro Mercosur de Argentina).
En 2017 Goiricelaya crea su sello artístico, La Dramática Errante, junto a la actriz y creadora Ane Pikaza. Doctora en Investigación y Creación en Arte por la Universidad del País Vasco, Goiricelaya realizó su tesis “El entrenamiento vocal del actor en los siglos XX y XXI” en 2016. También
es Licenciada en Comunicación Audiovisual y Postgraduada en Artes Escénicas por la UPV y posee varios Másteres: Teatro Musical (Royal Central School of Speech & Drama), Artes Escénicas (Rey Juan Carlos I) y Gestión Cultural (UOC). Su formación investigadora incluye centros como el Roy Hart Center (Francia), Teatr Piesn Kozla (Polonia) y el Arthoc International Centre (Rumania), entre muchos otros.
Entre sus trabajos más recientes destacan Dysphoria, Ni flores, ni funeral, ni cenizas, ni tantán (texto finalista en el Premio Nacional de Literatura Dramática 2023), Filtro (Sala Verdi), Festen (Teatro Arriaga), play! (Centro Dramático Nacional), Nevenka (Histrión Teatro), Yerma (Sala BBK), con la cual ganó el premio Max a Mejor Adaptación o Altsasu(Teatro Arriaga), finalista a Mejor Espectáculo y Mejor Autoría en los Premios Max 2023.
Actualmente, además de dirigir y escribir, Goiricelaya ha sido residente artística en el Centro Dramático Nacional, programadora artística de la Sala BBK y directora artística del Festival de Teatro de Olite.
¿Cuándo fue la primera vez que pensó en ser directora?
Nunca lo pensé; me empujaron. Yo quería ser actriz. Empecé a hacer teatro a los 15 años. Luego entré en la escuela de Arte dramático de Bilbao y de ahí salté a hacer un Máster en Teatro Musical en la Royal Central Speech of School & Drama. Quería ser Ofelia, Areusa, Estrella, Belisa, Elphaba.. Cathy en ¡The Last Five Years!.. y nada de eso pasó. Volví de Londres, trabajé como actriz durante nueve años para una compañía vasca mientras hacía labores de producción y distribución para otras y, un día mi amigo David Pascual, responsable técnico de La Veronal, me sentó en una cafetería del Casco Viejo en Bilbao y me dijo: “tú tienes que escribir y dirigir”. Me embarcó en una producción para el Festival de Arte Sacro de Bilbao… y hasta hoy. Me bajé de las tablas de un salto y encontré mi lugar en el mundo.
¿Y cuándo sintió que lo había logrado?
La primera vez que compré los billetes de avión y reservé el hotel para que mis padres vinieran a ver uno de mis estrenos… Pensé “pues parece que vivo de esto”.
Su primera vez sobre las tablas fue en….
¿Cómo actriz? Creo que la primera vez que me subí a un escenario fue en el antiguo Getxo Antzoki en una de las muestras de fin de curso de los talleres de la escuela de teatro a los que iba. Como directora y dramaturga la primera vez fue en el BAS.
Y la última ha sido en….
Como actriz en 2017 con Kabia Teatro. Y como dramaturga y directora… espero que no haya última. Mi compañía, La Dramática Errante, acaba de tener funciones este fin de semana con “Ni flores, ni funeral, ni cenizas, ni tantán”, ahora en diciembre seguimos con “R&J”, mi último estreno. “Dysphoria”, estrenado en junio, sigue con un montón de funciones y yo arranco ensayos en dos semanas en Nave 10… Gracias, gracias, gracias infinitas, universo.
¿A quién admiraba de pequeña ?
A Indiana Jones, a James Bond, a Jaques Cousteau y a Bon Jovi. Siempre he querido vivir aventuras, intercambiar documentos secretos en el aeropuerto de Moscú, explorar el fondo del mar y cantar en una banda de rock. También a Shakespeare, a Lope, a Cortázar, a Galeano… y al Ché, claro.
¿A quién admira ahora?
A las personas que viven en paz, en armonía, en coherencia consigo mismas. A las personas íntegras, honorables, bondadosas. Admiro todo aquello que desprende luz, verdad y ternura.
Aprendí mucho de….
Mis compañeres en las escuelas de teatro, en los talleres… Donde más he aprendido ha sido viendo a las demás. He estudiado teatro en media europa y nunca he tenido maestras o maestros fetiche. Creo que he aprendido muchas cosas de muchas personas muy distintas y muy talentosas y que lo sigo haciendo a día de hoy. Me apasiona aprender cosas nuevas.
No me ha enseñado nada….
Yo creo que siempre soy capaz de aprender algo… incluso de aquellas circunstancias o personas con las que no congenio… Creo que de los disgustos, de la adversidad y de las caídas he aprendido mucho.
¿Qué personajes celebres le gustaría dirigir?
No suelo trabajar con personajes célebres. Vengo del teatro independiente de periferia, de una compañía pequeña, del trabajo en equipo… No tengo aspiraciones de dirigir a celebridades.
¿Con que actores/directores le gustaría trabajar?
Intérpretes con los míos. Mi compañía tiene un núcleo duro de intérpretes con los que soy muy feliz creando. Me pasa que tampoco tengo actrices ni actores fetiche… No mato por trabajar con nadie; mato por trabajar feliz con personas que tienen pasión por este oficio. En cuanto a directoras y directores, admiro a muchas: Rebecca Frecknall, Ivo Van Hove, Katie Mitchell, Simon Stone, Milo Rau… Me encantan sus trabajos… ahora; no les conozco. No sé si me gustaría trabajar con elles.
¿Como se gestiona la incertidumbre ante un proyecto que no llega?
Con fé. Acaban de confirmarme un proyecto que ha tardado más de un año en salir. A veces no queda otra: tener fé y seguir pedaleando en la bicicleta. Si llega fabuloso… y si no… seguro que hay otra cosa a la vuelta de la esquina.
¿Como se celebra cuando si llega?
Pues también con fé. Con la alegría de ese regalazo. En mi caso las celebraciones cada vez son menos ruidosas; que no menos ilusionantes. Creo que ahora un abrazo, una cena compartida con las personas que me acompañan y sostienen, un “vamos juntes a por esta nueva ilusión” es una forma preciosa de celebrar.
Una directora debe tener un plan b para poder sobrevivir,¿cuál es el suyo?
No tengo plan b; mi plan es poder seguir haciendo lo que hago; compaginar la dirección, la escritura y la gestión cultural. Me apasionan las tres. Podría vivir sólo de la dirección, pero no quiero renunciar a las otras.
¿Cuales son las historias que más le atraen actualmente para dirigir?
Me atraen aquellas historias que exploran los conflictos humanos del presente. Todas aquellas que sacuden y convulsionan el mundo.
¿El mejor momento vivido sobre las tablas?
He tenido muchos. Hay muchas lágrimas de felicidad esparcidas por los escenarios pero sigo pensando que ese momento mágico antes del aplauso… ese momento en el que el público sostiene la respiración… es maravilloso.
¿ Y el peor?
Como actriz una vez que me quedé sin voz. Estaba en mitad de una escena y no podía hablar. Mi compañera, que era la increíble Sandra Ferrús, salió corriendo en personaje y volvió con un vaso de agua… Todavía me pregunto cómo salí de aquella…
Como directora he tenido que lidiar con el ego y la inseguridad de algunas personas… Ha habido momentos difíciles dirigiendo…supongo que es parte del trabajo.
Una obra que le haya herido su sensibilidad como espectadora…..
¿Una sola? Creo que ha habido varias… pero mi sensibilidad es tan subjetiva como la creatividad de quien las ha llevado a escena.
Y una que le haya insultado a su inteligencia……
También unas cuantas… pero mi inteligencia también es subjetiva… No creo que ninguna creadora/or haga una obra deseando herir la sensibilidad o inteligencia de nadie… Creo que todas creamos desde el amor y la certeza de que lo que hacemos es valioso… aunque no siempre lo sea.
¿Qué tal sientan los premios,como se digieren para continuar después?
“Los premios debilitan”. Esta frase me la dijo Mikel Losada, uno de los actores más fantásticos de mi generación a la que tengo la suerte de poder llamar amigo. Cada vez que me nominan a algo pienso más en esto que en todo lo bueno que tienen los premios: visibilización, reconocimiento, legitimación… Pienso “¡Qué ilusión!” y seguidamente me digo “Hola; no perdamos la perspectiva”. He sido jurado en numerosos premios; conozco lo difícil de estar siquiera nominado, lo azaroso de que tu candidatura se defienda con honestidad y justicia, las subjetividades que operan en los jurados… hay una gran aleatoriedad en lo que ahí sucede.
Querría conocer a :
Mi abuela paterna (murió antes de que yo naciera), a Violeta Parra, a Pepe Mugica y a Alejandra Pizarnik.
¿Qué le anima a no rendirte en esta profesión?
El amor. El amor por lo que hago. El amor por las personas con quien lo hago. La certeza de que hago lo que hago para que este mundo sea un poco mejor.
¿Qué le gustaría estar haciendo dentro de diez años?Y en donde?
Me gustaría seguir haciendo lo que hago ahora mismo. Me gustaría seguir creando, escribiendo, dirigiendo, seguir viajando, seguir conociendo personas increíbles y lugares fascinantes. Me gustaría seguir viviendo la vida con intensidad, como la aventura que es. Y me encantaría seguir en mi casa, en Bilbao, con mi familia, mis amigas, mis libros y mi té.
