¿Cuándo fue la primera vez que pensó en ser actriz?
Desde que soy muy pequeña mi madre me ha enseñado lo que a ella le inspiraba. Veíamos películas y, concretamente, me enamoré de una monja que dejaba sus hábitos por amor y una familia numerosa. Ese musical me hizo quemar el VHS, me movió tantas cosas por dentro. Yo quería ser esa monja que lo dejaba todo por amor. Y me preguntaba: ¿Es que acaso quiero ser monja? Luego entendí lo que era la interpretación cuando volví a ver a Julie en Mary Poppins y, efectivamente, no, quería ser actriz y conseguir mover a alguien por dentro lo mismo que me movieron a mí.
¿Y cuándo sintió que lo había logrado?
Desde el momento que empecé el camino de la interpretación en bachillerato de artes escénicas. Apostar por ello completamente me hizo sentir ya exitosa.
Su primera vez sobre las tablas fue en…
El colegio. Hice muchas actuaciones, pero la que más me marcó fue en secundaria, donde hacíamos varios temas musicales de distintas obras de teatro musical. Yo fui María Magdalena y Dulcinea, slay 💅🏻.
Y la última ha sido en…
Plena calle, en la plaza de un pueblo concretamente. Con un espectáculo de la compañía Morboria, super divertido de hacer y creo que de ver aún más. El concepto es una gran boda donde incluimos a todo el pueblo al que vamos, siendo los actores: el novio, la novia y todos los familiares super característicos que bailan y se relacionan a su manera.
¿A quién admiraba de pequeña?
A mi madre, a Julie Andrews y a Lola Herrera.
¿A quién admira ahora?
A las mismas y a mis amigas: Iris Escribanno, Luna Aguado, Paula Marín, Kevin de la Rosa; a las personas con las que he coincidido en este camino, a mis profesores y a mucha gente del sector, así como a quienes más me han acompañado y guiado a lo largo de mi vida profesional. Todas ellas me inspiran, me enseñan y me acompañan en este oficio día a día.
Aprendí mucho de…
Del miedo.
No me ha enseñado nada…
La impaciencia.
¿Qué personajes célebres le gustaría interpretar?
Me encantaría interpretar algo tipo telenovela rollo Pasión de Gavilanes. Ser la guapa de Norma, la increíble Rosario Montes o la mala más mala Dínora Rosales. Pero es que mi perfil cómico es mi fuerte y me encantaría explotarlo al máximo; mis niñas de Pasión de Gavilanes son estupendas y preciosas, pero no son graciosas. Por otro lado, todos los papeles de Robin Williams, Johnny Depp o Jim Carrey me parecen regalos. Ellos pudieron tenera oportunidad de ser la mezcla perfecta entre lo cómico y entrañable. Me encantaría también crear con mis amigas un nuevo Sexo en Nueva York, siempre lo digo: cada vez que quedamos perdemos dinero y personalmente, me encantaría interpretar a una Samantha Jones.
Hacer un live action, por ejemplo, de Pocahontas, podría ser una de mis grandes ilusiones de la infancia. Wingapo para todas. Por supuesto, un musical como Julie sería de mis sueños más grandes.
Y ya pisando algo más de tierra, si mirase a nivel nacional y me ciñese a la comedia, querría hacer todo lo que hicieron Lina Morgan, Yolanda Ramos y Silvia Abril. Y en cuanto a teatro clásico se que sería la mejor criada del panorama
¿Con qué actores/directores le gustaría trabajar?
Me encantaría trabajar con directoras como Icíar Bollaín, Paula Ortiz, Álex Pina o Phoebe Waller-Bridge o con actrices como Carmen Machi, Gracia Olayo, Lola Dueñas, María León, porque admiro cómo combinan naturalidad y comedia. Pero también sueño con algo muy concreto y realista: empezar en una telenovela de tarde, un papelito en cine o una comedia de teatro en Madrid que me dé tablas y experiencia.
¿Cómo se gestiona la incertidumbre ante un proyecto que no llega?
En movimiento, creando con tus amigos otros proyectos, haciendo trabajos de corto plazo, entendiendo que hiciste todo lo posible y lo que estaba en tu mano por ello, y subiéndote a la montaña rusa que es esto.
¿Cómo se celebra cuando sí llega?
Con tus mismas rutinas, en movimiento y con tu círculo; importante una toma a tierra siempre.
Un actor debe tener un plan B para poder sobrevivir, ¿cuál es el suyo?
Este ha sido siempre mi único plan. No tengo un plan B porque mi plan A es dedicarme a la interpretación, y lo vivo con la misma determinación con la que otras personas siguen otra vocación. Para mí nunca fue una alternativa, es el camino.
¿Cuáles son las historias que más le atraen actualmente para actuar?
Absolutas comedias románticas: soy hija de Meryl Streep, Julia Roberts, Sandra Bullock, Cameron Díaz, Drew Barrymore, Anne Hathaway.
Aunque ahora mismo estoy bastante instalada en mi zona de confort de romance puro, mis películas de terror favoritas. Si lo que buscas es una cosita romántica de época, un pelucón en lo alto y un corset bien apretado, soy vuestra chica… llámenme.
¿El mejor momento vivido sobre las tablas?
Muchísimos momentos: desde actuar en un escenario de plaza de pueblo como los bailarines de Chanel o Lola Índigo hasta disfrutar de mis primeros aplausos como personaje protagonista en un teatro grande. Pero, en general, lo que más valoro son los procesos y haberlos vivido con gente a la que quiero y admiro.
¿Y el peor?
Este verano, en Almagro nos pilló un viento tremendo en plena función. Yo estaba de ayudante de dirección y acabé escondida entre la escenografía, intentando ser la grapa que todo lo para, sujetando lo que podía porque cuando no era una cosa era otra. La escenografía, el vestuario, las pelucas, los pololos, todo se volaba. Los actores parecían Beyoncé en plena gira mundial con el pelo al viento. Las chicas de vestuario corriendo para coger los cambios de vestuarios que estaban absolutamente derramados y esparcidos. El viento chocaba contra los micrófonos de ambiente y sonaba a terror, siendo esto una obra cómica. Los momentos de humo en escena parecían sacados de la película de Hocus Pocus, siendo la obra una cosa barroca española.
Lo pongo en lo peor, pero ese día fue de los más divertidos que he vivido en un escenario. Estuve una hora en escena escondida, agarrada con mi vida a todo contra ese viento, haciendo la sentadilla más larga y profunda de mi vida. Si no es para teatro, podéis llamarme para hacer Hulk 3 también.
Una obra que le haya herido su sensibilidad como espectadora…
Me ha herido la sensibilidad cualquier obra que me haga enfrentar emociones que no esperaba. Me conmueve profundamente cuando el teatro y lo audiovisual logra atravesarme así, aunque sea difícil de digerir. Estoy enamorada de esta profesión precisamente por eso, a pesar de todas sus sombras.
Y una que le haya insultado a su inteligencia…
Nada en concreto, no os doy chisme. Creo que de todas las obras, incluso las que no conectan conmigo, siempre se aprende algo: cómo contar o cómo no contar, pero siempre algo.
¿Qué tal sientan los premios, cómo se digieren para continuar después?
Como diría Belén Esteban: «¿Sabes cuáles son mis premios? El cariño de toda esta gente».
Querría conocer a…
Mucha gente y a la vez no. Como que el plano de admiración me gusta por si luego te arrepientes de haber conocido a tu crush y era idiota. Aunque claro, también puede salir muy bien.
¿Qué le anima a no rendirse en esta profesión?
Pues primero yo misma; me recuerdo de dónde vengo y a dónde quiero ir constantemente, y por supuesto mis gentes queridas y admiradas.
¿Qué le gustaría estar haciendo dentro de diez años? ¿Y en dónde?
Dentro de diez años me encantaría dejar de hacer lo que no me gusta para dedicarme a lo que sí, por completo. Quiero seguir haciendo lo que me haga feliz en ese presente: ojalá grandes proyectos de interpretación, rodeada de la gente que quiero ahora y en ese momento. No quiero haber perdido la ilusión ni convertirme en alguien distinto a la persona que hubiese idolatrado de pequeña. Como decía La Agrado: ‘Cuesta mucho ser auténtica y en estas cosas no hay que ser rácana, porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma’.
Lauren Gumuccio es actriz formada en Artes Visuales y Danza (mención en Teatro Físico, URJC). Ha trabajado con compañías como Morboria, Helarte y Merienda Dramática, participando en festivales y certámenes de relevancia nacional e internacional. Su recorrido abarca teatro clásico y contemporáneo, espectáculos de calle y circo, destacando por su versatilidad interpretativa y su capacidad para crear desde el humor hasta la emoción más íntima