Mi nombre es Rodrigo Troncoso Gallegos, estudié en la Academia de Bellas Artes Martin Soria donde conocí en profundidad el arte clásico pintura y dibujo principalmente y lo que respecta a la cocinilla del pintor, con esto me refiero a producir médiums, preparaciones de tela y óleos, entre otros. En la necesidad de expandir las materialidades técnicas de obra entré a estudiar a la UMCE, donde estuve dos años, para luego terminar mi carrera en la U. Católica. Desde abril del 2015 estoy a cargo de la curatoria y coordinación de la Galería Nemesio Antúnez.

La primera vez que contemplé dedicarme al arte fue en tercero medio, después de un gran conflicto personal, me regalaron un croquera y una caja de pasteles grasos, desde ese momento no pare más.

Mi imaginario proviene de la contemplación del ser humano, en relación con su contexto y consigo mismo, sus problemáticas y contradicciones. Ese pequeño universo que es uno mismo.
Me inspira el miedo, las reacciones inesperadas, la gente que habla con dichos y las personas de la tercera edad. En el ocaso de la vida, la perspectiva de ésta, es todo un mundo en reversa.

Nunca me ha gustado encasillarme en un estilo, por mi naturaleza inquieta siempre estoy probando materiales, técnicas y nuevas formas de representación. Sin embargo he desarrollado una línea figurativa que colinda con lo pos- colonial, a través del sincretismo latinoamericano.

Mi trabajo generalmente comienza de una imagen, texto, conversación o situación a la que me enfrento. Me genera un cuestionamiento o reflexión sobre la cual boceto posibilidades de composición, personajes, gamas cromáticas y atmósferas posibles. De ello comienzo a limpiar sacar elementos, porque suelo llegar a la saturación de la imagen, aunque a veces esta saturación puede funcionar, todo va a depender de lo que pida la obra. Luego trabajo en ella intensamente hasta un punto donde creo que esta lista, después la dejo para retomarla tiempo más adelante y generalmente cambio algunos detalles al volver con la vista fresca.

“La novicia rebelde”, me marco mucho cuando pequeño, ya que tuve un acercamiento con la vida religiosa y al igual que ella me rebele contra las estructuras que se me imponían, claro pasando por el lado oscuro de la vida. También “Chucky” creo que hasta el día de hoy le temo.

El cine ha sido una constante influencia principalmente David Lynch con “Mulholland Drive”, “Twin Peaks: Fire Walk With Me”, “Terciopelo azul”, que me llevan a estados de catarsis siniestros donde el tiempo y lugar se mueven y nada es lo que parece. También Almodóvar y la forma en que narra los conflictos familiares cotidianos como es el caso de “Volver” y “Todo sobre mi Madre”. Lars von Trier con “Anticristo” me dejo atónito. En otra área, la fotografía de Joel-Peter Witkin me enamora y Zaida González con su minucioso oficio en “Conservatorio celestial” y “Recuérdame al morir con mi último latido”, me lleva a la dicotomía de las imágenes y al rescate de las tradiciones. En pintura, Goya “Los Caprichos”, Lucian Freud por su encarnación visceral, Odd Nerdrum consigue las ambientaciones más inquietantes que he visto, entre muchos otros.

Creo que sería mi obra màs destacable “Decapitación Mito-Lógica” ya que contiene esta dualidad de aparentemente ser una imagen agradable, suave y lozana pero resulta ser todo lo contrario.

Estoy preparando una exposición colectiva junto a Pablo Tapia y Simón Farriol en el Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia para el mes de octubre de este año.

A 10 años vista, no lo sé con certeza no me gusta proyectarme tanto, prefiero sorprenderme con lo que la vida me proponga, pero hoy me siento en un buen momento, trabajando tanto en mi obra personal como en gestión cultural.

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